Desde hace cinco años, Norma Castaño decidió luchar contra quienes le vendían drogas a su hijo Gabriel, de 19 años. Así fue como investigó a una banda de narcotraficantes y, como percibía que la policía estaba involucrada y que por eso no actuaban, decidió infiltrarse en la organización  y hasta llegó a comprar cocaína.

De esta forma, en 2010 acusó al ex jefe de Policía de Santa Fe, Hugo Tognoli, quien en ese momento se desempeñaba como director de Drogas Peligrosas.

En diálogo con INFOnews, la titular de Madres Solidarias relató cómo operaba Tognoli, quien renunció esta mañana al ser acusado de recibir coimas de narcos y participar en el tráfico de drogas en esa provincia: «Usaba a las madres para que le diéramos datos de quiénes vendían y después él pasaba y arreglaba con los jefes narcos».

Según sostuvo Castaño, esa denuncia presentada en 2010 «quedó en la nada». Cuando fueron a reclamarle al juez qué pasaba con la causa el expediente se había perdido. Paradójica y misteriosamente, esta semana apareció.

«No solamente tenían connivencia con el narcotráfico, sino que usaba nuestra desesperación para llevarle datos y después cobrar él», denunció.

Respecto del rol del gobernador Antonio Bonfatti en esta situación, Castaño habló sin pelos en la lengua: «Está apoyando totalmente a Tognoli».

Si bien aclara que ella no tiene banderas políticas, remarcó: «Hasta esta mañana creía que esto iba a cambiar, que el gobernador iba a poner lo que hay que poner, hacer un cambio y tomar decisiones buenas». Sin embargo, el gobernador de Santa Fe acaba de anunciar al nuevo jefe de policía, el ex subjefe Cristian Solá, al que Castaño calificó como «más de lo mismo».

«No quiero que digan que es una campaña antisocialista, pero hoy tenemos al gobierno provincial como mayor narcotraficante de droga. Bonfatti apaña a estos delincuentes, y si lo hace, será por algo», reflexionó.

Pero más allá de las cuestiones políticas, Castaño es una madre desesperada que día a día lucha junto a su hijo para que no vuelva a caer en las drogas. Al relatar el drama que vive a diario, no puede evitar quebrarse: «Acá estamos viendo chicos con cáncer de nariz por lo que consumen; les venden cualquier cosa».

«Mi hijo no está curado ni yo tengo la seguridad de que no vuelva a caer. Es una lucha que pobrecito él tiene todos los dias. Las madres vivimos con miedo, de por vida. Y eso se lo tenemos que agradecer a los policias y a los políticos que dejan que esta gente venda».

Castaño piensa llevar esa lucha que empezó en 2007 hasta las últimas consecuencias para evitar que los pibes continúen muriendo por el narcotráfico. Por ello, aseguró, el lunes próximo se va a encadenar frente a la Casa Rosada. «Haré huelga de hambre, y que sea lo que Dios quiera. No aguanto más esta corrupción, es insostenible ver cómo se destruyen nuestros hijos y cómo ellos los matan día a día».