Parece que no sólo la Cámara en lo Civil y Comercial es territorio de nombramientos dudosos de jueces suplentes. También lo es la Cámara de Casación, según una presentación que hizo el fiscal general Jorge Auat, titular de la Unidad de coordinación de las causas de derechos humanos de la Procuración General. Su planteo advierte que el juez Luis María Cabral fue elegido para subrogar un cargo vacante en ese tribunal sin que se realizara “el sorteo correspondiente entre todos los candidatos posibles”, que son los “jueces federales de las cámaras de apelaciones y tribunales orales que la ley vigente exige”. Por lo tanto pide que se deje su designación sin efecto. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) había hecho una denuncia similar el año pasado y hará otra en la misma línea en los próximos días. El tema ya se empezó a discutir entre los presidentes de las cuatro salas de Casación, que ejercen la “superintendencia”.

Cabral integra, como cargo de origen, un tribunal oral criminal. Pero no es un juez más: es el presidente de la Asociación de Magistrados, la tradicional entidad que nuclea a la corporación judicial, donde además aspira a ser reelecto a fines de este mes con la lista Bordó. Su nombramiento como subrogante en la Cámara de Casación se produjo el 31 de agosto del año pasado, cuando casi la mitad de sus despachos estaban vacantes. A Cabral, cuentan en tribunales, lo llevó –o al menos impulsó su incorporación– Raúl Madueño, uno de los miembros históricos de la Cámara. La presentación de Auat llama la atención sobre la “celeridad” en su nombramiento, cinco días después de que se produjera la vacante de Juan Carlos Rodríguez Babavilbaso, el 26 de agosto de 2011, y apenas un tiempito antes de la designación de jueces que integrarían en forma definitiva la nueva generación de la Casación: Alejandro Slokar, Mariano Borinsky, Juan Gemignani y Ana María Figueroa.

La “exigencia del formal sorteo no es una circunstancia menor”, advierte el escrito del fiscal. “Evita las designaciones al arbitrio, ‘a dedo’, a conveniencia de los pares”, agrega. A su entender, la selección de Cabral como interino fue una “irregularidad”. Pudo tener algún sustento, señala, en el momento de “crisis institucional” cuando estaba lleno de despachos vacíos en la Cámara de Casación, pero esa situación –explica– ya fue superada. “Ya no hay más emergencia institucional, ni lugar para situaciones análogas a la del llamado ‘forum shopping’. Se trata del tribunal federal penal más alto del país, ubicado en la misma escala que los superiores tribunales de provincias a los fines del acceso a la Corte Suprema. De modo que es evidente la gravedad institucional de la situación existente y la habilitación del Ministerio Público Fiscal para solicitar su saneamiento”, afirma la presentación.

El escrito del fiscal dice que no pretende atacar a Cabral en lo personal o lo profesional, y que hubiera hecho lo mismo con cualquier otra designación controvertida. También sostiene que el nombramiento provisorio fue en una situación crítica en la Cámara, por lo que no se debería cuestionar “la validez de su actuación en los expedientes”. Ese fue uno de los ejes que se discutieron esta semana, cuando se reunió el tribunal de superintendencia de Casación, que está integrado por los presidentes de Sala (Borinsky, Slokar, Madueño y Eduardo Riggi, más el titular de la Cámara Pedro David). Otro punto de controversia surgió cuando uno de los jueces recordó que el año pasado, ante un planteo muy similar del CELS, los colegas de Cabral de la Sala I (Borinsky y Madueño) decidieron rechazarlo. Es decir, dentro de la propia Cámara ya hubo un pronunciamiento sobre el tema. El organismo lo había recusado, con los mismos argumentos sobre la irregularidad de la designación como subrogante, en la causa sobre los asesinatos del 20 de diciembre de 2001.

Auat es el primer fiscal que lleva una objeción, marcando una designación (supuestamente) trucha. Su escrito señala, como paradoja, que en un comunicado de principios de mes de la Asociación de Magistrados –en pleno revuelo por las denuncias del Gobierno por las presuntas maniobras con designaciones de suplentes vinculados con la causa de la ley de medios– “se reclama transparencia constitucional para la designación de los magistrados con motivos de vacancias”.

Antes de la presidencia de Cabral en la Asociación de Magistrados, el referente de la lista que él ahora encabeza (Bordó), era Ricardo Recondo, uno de los camaristas acusado de haber elegido juez a dedo para el caso Clarín, con un sorteo manual atípico. Recondo es un antikirchnerista declarado; Cabral el año pasado tuvo respaldo oficialista en su desembarco en Casación. Ahora están distanciados. Cabral y su número dos, María Lilia Díaz Cordero quieren la reelección.

 

fuente http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-207777-2012-11-14.html