(Eldorado) Las promotoras de salud que hacían el seguimiento de la familia de María Ovando, dialogaron con M4 tras declarar ante la Justicia en el Debate Oral que se le sigue a la mujer por supuesto “abandono de persona”. Las mujeres admitieron que Carolina Ayala, la niña muerta por quien se responsabiliza a Ovando, estaba con “bajo peso” y añadieron que en varias visitas, los niños estaban solos porque su madre había ido a trabajar. Asimismo, confirmaron las declaraciones del médico Benítez (a cargo del hospital de Mado por entonces), quien admitió haber visitado a la familia y comprobado las carencias que padecían (el galeno dijo que 4 o 5 niños estaban con algún grado de desnutrición) “Informamos el bajo peso de Carolina, el médico (Benítez) le visitó en la casa y no estaba desnutrida, (sino con) bajo peso. También le avisamos a los asistentes sociales de la municipalidad, después ya, el trabajo (la responsabilidad) es de ellos”, comentó la promotora Marlene Pino, quien expresó les “llamaba la atención que nunca cambiaba su forma de vivir (pese a que Ovando trabajaba)”.

Según consta en el expediente, Ovando, quien es analfabeta, siempre tuvo trabajos informales y de hecho su último empleo, fue picando piedras en una cantera de la Municipalidad de Mado. Tarea por la que se le pagaba con vales de alimentos, estando contratada “en negro”, sin relación de dependencia. Asimismo, ninguno de los hijos de Ovando tenía Documento Nacional de Identidad, por lo que no pudieron recibir la Asignación Universal por Hijo, subsidio que se implementa desde 2009 y que atiende particularmente a la problemática de los hogares matrifocales. Es decir, familias donde la madre es el sostén del hogar y como tal, tiene que salir a trabajar (descuidando a los niños) si no recibe algún tipo de asistencia económica. Las declaraciones de las promotoras desnudan que el gobierno (los funcionarios municipales y provinciales) conocían el contexto de marginación y carencias de todo tipo que padecían María Ovando y sus hijos, incluida Carolina Ayala. A pesar de estos datos, el fiscal Federico Rodríguez y el juez Roberto Saldaña decidieron imputar a la mujer, en una decisión que ha sido catalogada de “discriminatoria” y “sexista” hasta por la Defensoría General de la Nación.

“Se le veía físicamente bien (a Carolina, la niña fallecida), sólo que era más flaquita que los hermanitos. Íbamos cada 15 o 30 días, según el calendario de vacunas, cuando lo necesitaban. Y sí o sí, una vez por mes le íbamos a pesar”, reveló Francisca, una de las promotoras de salud que prestaron declaración testimonial esta mañana en el Juicio Oral contra María Ovando. “Una vez le llevamos al doctor porque estaban llenos de granos, piojos, entonces estábamos preocupados porque ella nunca aparecía. Entonces le llevamos (leche) porque le veíamos mal” aunque “es obligación de las madres (retirarla) Como la mujer no iba, el doctor le fue a hacer el control en la casa a los chicos”, explicó esta promotora.

Según esta mujer, María no cumplía con su obligación de llevar a los niños al centro de salud más cercano, ubicado a 5 kilómetros de distancia de su hogar. “Cuando le decíamos que vaya nos decía que sí, pero nunca lo hacía. Nos recibe bien pero no hace lo que uno le dice”, se quejó la promotora, quien explicó que es habitual que madres (aún estando embarazadas) caminen esos 5 km. para la asistencia sanitaria. La mujer remarcó que Carolina Ayala “estaba con bajo peso pero no con desnutrición. Para estar desnutrida tiene que estar con color feo, (eso lo determina el médico)”, argumentó, reconociendo también que “nunca la encontramos con golpes, nunca, para qué vamos a mentir.”

La promotora Marlene Pino por su parte, indico que “muy pocas veces estaba en la casa. Los encontrábamos solos (a los niños de Ovando), algunas veces estaba un chico grande que dijo ser hijo de María (el mayor, de 18 años actualmente) que estaba a cargo de los chiquitos”. Pino recordó que para pedir alimentos “aparecía ella (sola) nomás (María Ovando), sin los chicos y le teníamos que dar leche. ‘No le traje porque de acá tengo que ir a otros lados’”, habría sido la respuesta de María ante esta situación, según la promotora, quien describió a la detenida como “muy tranquila y muy callada. La veíamos muy descuidada para con sus hijos, no los limpiaba y no los atendía”, sostuvo la mujer, sin hacer demasiada referencia a la carencia de documentos, de la Asignación Universal por Hijo, o al trabajo pesado que debía realizar (picar piedras en un cantero, tarefear, etc.)

Consultada por el periodista Eduardo Pérez, sobre si dieron aviso a las autoridades municipales y provinciales sobre el padecimiento de Carolina Ayala, la promotora respondió que “la verdad que sí, informamos el bajo peso de Carolina. (Normalmente) tenemos que invitarla a la madre para que la lleve a control médico y el profesional diagnostique si está con bajo peso o desnutrido, porque si está desnutrido (el chico) tiene que quedar internado. El médico le visitó en la casa y no estaba desnutrida, estaba de bajo peso. También le avisamos a los asistentes sociales de la municipalidad, después ya, el trabajo (la responsabilidad) es de ellos”, consideró la promotora, quien aclaró que “sólo la seguimos 7 meses”. La última vez que vieron con vida a Carolina fue un mes antes de su muerte, según la promotra; en total habrían hecho no más de 12 visitas. “Cuando la vimos sólo tenía bajo peso, no había síntomas de golpes”, remarcó Pino, desmintiendo las versiones de la abuela paterna, que declaró en la primera jornada del Debate Oral. Por otra parte, la promotora afirmó que la abuela o la tía “jamás se presentaron al centro de salud”, acompañando a la niña fallecida.

“Los chiquitos nunca hablaban, nunca se quejaron de nada. Lo único anormal que veíamos es que siempre (estaban) muy pobres, cuando la madre no estaba nos decían que estaba trabajando pero nunca cambiaban las condiciones. No le cuidaba porque trabajaba, supuestamente. Pero nos llamaba la atención que nunca cambiaba su forma de vivir (pese a trabajar) Nunca me dijeron a qué se dedicaba (María Ovando)”, reconoció la promotora, quien opinó que “picando piedras” es muy difícil suplir las necesidades de 5 hijos pequeños y otros tantos más (Ovando tuvo 12 en total –uno fallecido-)

Al finalizar la entrevista, la corresponsal de M4 revelaba que la Trabajadora Social del municipio de Puerto Mado, María Aquino, declaraba ante los jueces que María sufría violencia de género por parte de su expareja Demetrio Ayala, quien no la dejaba relacionarse con su madre ni con sus vecinos. Casualmente, es el testimonio de Demetrio Ayala una de las “pruebas” en las que se basaron el fiscal Federico Rodríguez y el juez de instrucción de Eldorado, Roberto Saldaña, para imputar a la mujer.

 

 

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