CIPOLLETTI (AC).- El miércoles a la noche hubo nuevos incidentes entre los internos del penal de Cipolletti y la conducción solicitó la colaboración de la Policía para descomprimir la situación. Terminaron alojando a tres presos en los calabozos de una comisaría. Los empleados de la penitenciaría aseguran que «poco se ha avanzado» desde que el ministro Luis Di Giacomo anunció, hace más de un mes, un conjunto de medidas para la reorganización.

El frío del miércoles no fue impedimento para los reclusos, y después de una acalorada discusión comenzaron los disturbios en el penal del paraje El Treinta. Los presos se enfrentaron en uno de los pabellones por «cuestiones de convivencia» y después uno de los protagonistas quemó un colchón. Rápidamente los penitenciarios buscaron descomprimir la tensión y enseguida la interventora, Fabiana Sandoval, se comunicó con autoridades de la Regional Quinta y solicitó la colaboración de la policía. La Brigada Rural fue la primera comisión en trasladarse hasta la penitenciaría. Luego resolvieron trasladar a tres presos a calabozos de una comisaría de la ciudad. «Su permanencia en el penal amenazaba con agravar el conflicto», sostuvieron los empleados.

Ayer, los tres hombres continuaban alojados en celdas que no están preparadas para albergar a presos provenientes de penitenciarías. Los empleados del penal que se comunicaron con «Río Negro» aseguraron que no se cumplieron las medidas para conseguir la «normalización» que anunció el ministro Di Giacomo.

Se quejaron porque nunca culminó la capacitación del grupo especial que iba a estar destinado a contener situaciones de conflictos y porque sus compañeros de los penales de Choele Choel, Bariloche y Viedma aún no recibieron la indumentaria prometida. También reclamaron el pago de horas extras que realizaron para reforzar las guardias. «Lejos estamos de la normalización que se promocionó hace más de un mes», manifestó uno de los empleados.

A principios de junio, los penitenciarios de la cárcel de Cipolletti se autoacuartelaron y reclamaron que el gobierno no les daba las garantías que necesitan para controlar el penal. Un motín, ocurrido en los días previos a la drástica medida, tensó la conflictiva relación entre presos y celadores.

La penitenciaría de Cipolletti se encuentra intervenida desde mayo a raíz de un informe que arrojó como resultado la «ausencia de técnicas para resolver conflictos y un mal uso de la fuerza».

 

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