Al calor de los autoacuartelamientos, se reavivó el debate por la existencia de un sindicato de la policía. Jorge Duarte, columnista de Marcha y periodista de gremiales y laborales, charló con el radial El Pie Izquierdo. Cuáles son los motivos para la negativa vigente.

 

-¿La policía se puede organizar en un sindicato?

La cuestión tiene dos aristas, por un lado el tema legal y por otro el de hechos como los recientes. Desde el plano legal no hay reconocimiento en nuestro país, desde el Ministerio de Trabajo, que es quien tiene compentencia en estos temas, a la sindicalización policial. Esto quiere decir que sistematicamente cuando grupos de policías formaron gremios de hecho y pidieron la personería gremial, el ministerio la negó. También hubo intentos de pedir la personería a través de la justicia, judicializando el reclamo, porque el ministero no los avalaba, y también la Corte Suprema negó la posibilidad de que la policía se sindicalice.

-¿Por qué?

Hay tres argumentos que son los más fuertes y sólidos que sostienen la negativa de sindicalización, tanto desde la Corte como desde Trabajo. Primero se habla de que los policías portan armas y que esa caracteristica no es menor. Se habla también del servicio que prestan, que es entendido como esencial, y que por lo tanto si el ministerio otorga la personería debería otorgar todos los derechos constitucionales, entre ellos el de huelga. Un derecho de huelga en un servicio esencial generaría cosas como las que vimos en estos días.

-Pero la salud es también un servicio esencial.

Cuando hay un paro en un hspital hay una guardia mínima. En este caso lo que habría que hacer es reglamentar el derecho de huelga. El Ministerio de Trabajo argumenta que por ser un servicio esencial, y la huelga en ese servicio pondría en riesgo la seguridad nacional.

-Entonces hay especificidades, como lo que mencionabas del arma, que sirven a la negativa.

Exacto, y ese es el tercer argumento fuerte: el rol de la policía. Dentro de  la ley de asociaciones sindicales se propone que un sindicato sea independiente de las patronales y del Estado. Esto en la teoría, en la práctica, hay que decirlo, sucede muchas veces lo contrario. Sobre este punto se basa el argumento de la Corte para negar el pedido de personería, aduciendo que la policía jamás podría ser independiente del Estado porque forma parte de su aparato represivo.

-¿Y la estructuración de la institución no va en función de esto último?

Sí. Ese es quizás otro aspecto, más teórico, que tiene que ver con la fuerte concepcion que tiene la policía de verticalismo. Eso atentaría contra la posibilidad de organizarse porque los mandos bajos de ninguna manera podrían desobedecer a los mandos altos o medios. Sin embargo hay proyectos que hablan de sindicalización de las capas bajas, sin que puedan estar los mandos medios o altos.

-Pero en los recientes reclamos, ¿No hay funcionando un gremio de hecho?

Claro, de hecho lo que sí puede haber son gremios de hecho, como ocurre en otros sectores. Hay muchísimos gremios de Argentina sin personería gremial, pero eso no impide organizarse por mejoras salariales y laborales. Pero lo que hay en la policía es una concepción ideológica retrógrada que ha hecho que la sindicalización no sea un debate interesante, porque la policía misma no ha llevado adelante ese debate. Los grupos que han tratado de sindicalizarse son grupos minoritarios, que nunca tuvieron incidencia.

-Ahora la realidad nos pone ante un debate que parece ineludible.

Hay que debatir de manera clara. También hay que hablar de la corrupción policial. Imaginemos lo que puede ser un sindicato policial con armas en manos de un Pedraza, por dar un ejemplo. Son muchas las cuestiones que dan escozor al debatir estas cosas. Hay que recordar que la misma policía, por ejemplo en Córdoba, hace 40 años hizo un levantamiento y un golpe de Estado.

-¿Qué países adoptaron la sindicalización?

Hay ejemplos cercanos, que de hecho son casos testigo: como Ecuador o Uruguay. Por ejemplo en Uruguay en 2005 se creó el sindicato policial. Entre los tres primeros reclamos había dos casi lógicos de cualquier gremio: los salarios y las condiciones de trabajo. Pero también había un tercer reclamo, interesante: la lucha contra la corrupción policial. Uno también puede ver la creación gremial como parte del saneamiento de las fuerzas, pero eso mismo tiene que ver con lo que la policía intente dar como debate real.

-Tienen algo de cierto las voces que advierten sobre la precaria situación de los efectivos.

La precariedad de la policía es ineludible, es cierto. Con un paritaria nacional, que fije un piso, y paritarias locales, que actualicen el salario, todo esto se podría haber solucionado. En esta situación la agremiación es una alternativa. Las políticas activas del Estado hasta hoy fueron ausentes. La sindicalización con políticas activas podrían haber dado otro panorama.

-¿Qué impacto pueden tener los aumentos otorgados a los policías sobre otros sectores de trabajadores del Estado?

Los trabajadores de empleados públicos de Córdoba, de la salud y judiciales están pidiendo a De La Sota una cifra similar a la que obtuvieron hoy los policías. Algo casi obvio. No creo que De La Sota acceda a dar ese aumento, cercano al 200%, al resto de los trabajadores del Estado, sin embargo sin duda estas resoluciones apuradas van a traer más consecuencias para otras provincias y otros sectores.

 

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