Por Juan Ciucci

APU: En esta nueva etapa del SEDRONAR es interesante cómo se ve al adicto, pensándolo como sujeto de derecho. ¿Qué implica esta nueva mirada?

Juan Carlos Molina: Le hemos dado una vuelta de rosca a la Secretaría. La Presidenta nos pidió no solamente hacer territorio, sino la mirada sobre el otro, ¿no?. De hecho, ella lo marca como objetivo para el país: “La Patria es el Otro”. Entonces, la Secretaría también está en esa sintonía. Nosotros nos hemos encontrado con que nuestros pibes, que por lo general son los más vulnerables, porque no nos pasa en las clases más acomodadas, sufren una gran discriminación con esto de las adicciones. Entonces, hemos empezado hasta con un cambio de vocabulario. Vengo de Salta y allá a los pibes adictos o que consumen les dicen gato. Para nosotros, los porteños, «gato» es la mina que se mete con otro y le quita la esposa o se mete en el medio. Entonces, se tratan de anormales, ellos mismos dicen: “El Otro que es normal”. ¿Y vos qué sos, sos un “anormal” porque consumís? Entonces, este es el primer paso, el cambio de vocabulario, reconocer dónde está el problema.

APU: Se ve al problema desde una mirada social.

JCM: Nosotros hablamos de que este es un problema de salud social, con lo cuál nos desmarcamos, como en un partido de fútbol que te vas desmarcando del que quiere tener la pelota. Digo, nos desmarcamos de una mirada basada en la seguridad. Si bien la seguridad tiene que estar presente, este no es un problema de persecución del que consume. No alcanza con decir «lo interno, lo alejo del lugar”. Para nosotros es un problema de salud social, al cual apostamos con la inclusión: lo volvemos a entrar al sistema (de familia, educativo, de trabajo, de las redes sociales, del mundo de amigos, de la capacidad de soñar, de jugar un partido de fútbol). Lo volvemos a incorporar y nos metemos nosotros. La inclusión tiene esta doble dimensión: lo metemos al Otro, pero también nos metemos nosotros en el problema, nos incluimos también en este tema y lo consideramos al Otro como un sujeto de derecho, para nosotros no es un enfermo, por más que la Organización Mundial de la Salud diga que esto es un problema de enfermedad. Vamos un poco más allá.

Volviendo a lo que te decía al principio. Cuando decís “ahí va el drogón, ahí va el adicto…”, eso te marca. Tampoco le vamos a decir: “¡ahí va el sujeto de derecho!”. Pero sí hay un cambio fuerte en la mirada del SEDRONAR. Y en esto involucramos mucho a los jóvenes, al joven que saca a otro joven adelante. Esto fue la mesa de ayer, la mesa política. Estamos trabajando con “jóvenes preventores”, el par cuida a su par en las escuelas, estamos trabajando con los jóvenes que militan, la política. Estamos trabajando con los jóvenes que van al culto evangélico y con los jóvenes que son de los grupos misioneros, con los jóvenes scout, el joven que se empieza a involucrar con el otro. Y tenemos muchísimos jóvenes y esto es lo valioso. Estoy asombrado, contento y orgulloso de nuestros jóvenes.

Otro problema que teníamos es que había muchas oficinas de Gobierno metidas en este tema de las adicciones, pero de modo desarticulado. La Presidenta decidió que la SEDRONAR sea el organismo rector en este tema y a su vez sea el organismo articulador dentro del Estado y fuera del Estado. Dentro del Estado con los distintos ministerios, con los gobiernos provinciales, los gobiernos municipales, los foros legislativos; fuera del Estado, con la organización civil. SEDRONAR tiene un gran trabajo de fortalecimiento de los que ya están trabajando en este tema. Por ese camino andamos como SEDRONAR. Creo que te resumí siete meses de trabajo (risas).

APU: ¿Cuáles fue su impresión sobre la mesa de «juventudes políticas», junto a referentes de diferentes agrupaciones juveniles? (participaron La Cámpora, sectores del PRO, radicalismo)

JCM: Estoy contento, orgulloso, a algunos de los chicos que están en la mesa los conozco desde que eran chiquitos, por circunstancias de la vida. A Santoro (del radicalismo) lo conozco desde que tenía 12 años; y lo veo a Peter (Pedro Robledo, de PRO), fanático de Mauricio, “Mauricio de acá, Mauricio para allá”. Y lo veo al Cuervo (Larroque, de La Cámpora) que se ha comido mil y una críticas, que es lo peor en la Tierra para algunos medios, es casi un Satanás, y es la voz de miles de pibes que militan en los barrios en todo el país. Entonces, a mí me da orgullo ver convicciones.

Creo que faltaron otros actores en la mesa, este es el primer paso. Me da orgullo que estos pibes que pelean, que gritan, que discuten, se sienten y puedan dialogar. Y uno nos ve a los grandes, porque me incluyo, haciendo más monólogos para quedar bien. Estos pibes se sentaron a charlar y lo de ayer fue lo visible, este es un trabajo que venimos haciendo desde principio de año.

APU: En el marco de las adicciones, ¿cuáles son los principales problemas que tiene nuestra sociedad?

JCM: En la sociedad, creo que tenemos que bajar el nivel de exposición que tiene el tema: un día somos narcotraficantes, otro día somos país productor, otro día somos todos criminales. Hay que poner las cosas en su justo lugar. Sí es una realidad que nuestros pibes consumen y esto lo tenemos que evaluar: qué cantidad de uso, de abuso y qué cantidad de abuso problemático hay de las adicciones.

APU: ¿Qué narcóticos son los más conflictivos?

JCM: El alcohol. Hoy el problema en la Argentina es el alcohol y los psicofármacos, que son las drogas lícitas. Después tenemos consumo de marihuana, indudablemente. El otro día fui al partido de River, del cual tengo el orgullo de ser hincha y campeón, y fumaban porro, ¿me voy a poner a meterlos en cana? Me pasó algo muy significativo, a la gente le molestaba más el humo del tabaco que el halo de marihuana que había en la cancha. Increíble, ¿no?.

Tenemos que mirar cómo están los hospitales de toxicología, tenemos consumo de cocaína también en nuestros jóvenes. Y un dato significativo: si ustedes se ponen a ver los videos del abordaje que se hizo desde seguridad en Rosario, las filmaciones anteriores, los que iban a los búnkers, bajaban de los edificios de siete, ocho, diez pisos. Tenemos un consumo que está presente en la sociedad. De ahí a hablar de abuso, de ahí a hablar a que somos un país de adictos, hay una diferencia importante. Creo que no podemos desconocer la realidad y hay que trabajarla, hay que perderle el miedo a hablar del tema, hay que instalarlo, hay que crear conciencia en el tema. Es lo que está trabajando SEDRONAR. Yo le decía a un grupo de madres de chicos: “ustedes tienen que ser trasmisoras a otras madres y que no tengan miedo de decir ‘mi hijo tiene problemas'». No te tiene que dar vergüenza. Esto es como la mujer golpeada, que le da vergüenza, hasta que en un momento la cosa revienta. Tenemos que crear conciencia.

APU: ¿Cuál es la situación con el paco?

JCM: Está dividido el tema. Yo no te voy a hablar de estadísticas ni de encuestas porque las estamos terminando de elaborar y quiero hablar con las estadísticas nuestras, no con la que que dicen los diarios, ni las radios ni los de afuera. Nosotros tenemos consumo de paco en los conurbanos, en los lugares más vulnerables. Estamos absolutamente convencidos de que el “paquero”, el pibe que fuma paco, no es el delincuente. El delincuente es el que está con mucho alcohol y con mucho Rivotril encima, es otra la adicción que tiene el que delinque. Hoy las drogas lícitas son las que más problemas causan: alcohol y pastillas. El pibe del paco es el más discriminado, porque es el que está más marginado, es el que se está escondido, es el que se aparta, es el que no come y es el que está sucio y al que identificamos como el criminal, ¿no?.

Y después tenés las drogas que no son lícitas y que son de uso o de abuso como la marihuana y la cocaína. Podemos dividir esos tres: las más peligrosas son las lícitas, las más complejas en nuestro país, en nuestros jóvenes. Porque un papá le dice: «¡Veni, hacemos la previa acá, no te vayas!» y el papá le compra el alcohol a los pibes, aunque esté prohibida la venta de alcohol a menores. Me parece que podemos dividir así: hoy tenemos pibes que fuman paco, estamos trabajando en eso, creo que son los que más sufren, porque son a los que más destruye la droga y donde ha habido más ausencia estatal. Nosotros no teníamos espacios especializados para eso, los estamos creando desde SEDRONAR y estamos instando a otras organizaciones a que nos acompañen en esto. En esto trabajan mucho los curas villeros, los pastores que están metidos en los barrios, muchos pibes de la militancia que se meten, en esto los CAJ (Centros de acceso a la Justicia) están trabajando mucho. Esa es la situación del paco.

APU: Algo que se sigue discutiendo, que lo dice la Presidenta, lo ha dicho también el Secretario de Seguridad, Sergio Berni, es el fracaso de las políticas que hasta acá se han tenido en cuenta para abordar el tema del narcotráfico.

JCM: Absolutamente, esto no lo dice ni la Presidenta ni el Secretario de Seguridad, a ver, lo dice el mundo entero. No hay un sólo organismo internacional dedicado a este tema de las drogas que no lo diga. La guerra contra la droga fue un fracaso: el modelo Colombia fracasó. Pero, aparte hay una realidad: es el negocio de Estados Unidos; los países que producen, producen para los gringos. Voy a meter la pata en lo que voy a decir, pero lo voy a decir igual (risas): Pablo Escobar, a su gente, le decía: “Vos no tenés que consumir, esto no es para nosotros, es para los gringos”. Lo tenía clarísimo, ninguno de los que trabajaba con él era consumidor. Ahí está el negocio, el negocio está en la plata y en los países que consumen.

Entonces, esto fracasó. La política de la DEA fracasó, no hay un sólo foro internacional que hoy no lo diga abiertamente. Y fracasó esta mirada de ataque y de lucha contra el que consume; por eso nosotros estamos en este cambio de paradigma, estamos avanzados en esto. Nosotros planteamos que esto es un problema de salud social, mientras a nivel mundial se está planteando que es un problema de salud pública. Dimos un paso más allá. Tenemos que pensar que hacer con el pibe una vez que terminó su tratamiento. No puede ser que no tengamos espacios para las chicas embarazadas, para las madres con hijos pequeños. No tenemos lugares para la diversidad, nuestras travestis, que consumen para poder sobrevivir a la calle, muchas de ellas, no tienen donde ir. El otro día lo dije en Salta, el SEDRONAR está armando un lugar especial para ellas. No, porque discriminemos, sino porque no tienen donde ir. Aparte, tenemos leyes de vanguardia en esto como la Ley de Identidad.

Desde el SEDRONAR estamos trabajando en un observatorio de drogas, que sea nuestro, de Latinoamérica. Queremos tener nuestras estadísticas a nivel región, para después confrontarlas con las que vienen a nivel mundial. Nosotros no nos despertamos a la mañana y éramos un país productor porque contestamos la encuesta que nos pidieron. Y, ¿por qué quedamos en cuarto lugar?, porque de diez países contestaron cuatro. Entonces, necesariamente, quedamos en el cuarto lugar. Después rectificaron eso, pero en ningún medio nacional ni nadie de la oposición levantó eso. Fui a pedirles a Viena, a los que llevaba adelante esto: “usted tiene que salir a desmentir” y me dijeron “ya lo desmentimos”. Claro, ¿Cuál es la diferencia? Que el informe tenía letra Arial 18 y la rectificación tenía Arial 4, entonces no es tan fácil de leer o no quieren que lo leamos tan fácil.

APU: En esta perspectiva de cambio de paradigma, ¿cómo la política de legalización de la marihuana que lleva adelante Uruguay?

JCM: Celebro la soberanía de cada uno de los Estados, en primer lugar, este es un tema de Uruguay. Tenemos diferencias grandes, porque somos un país cuatro veces más grande con diez veces más de fronteras, con una idiosincrasia totalmente distinta de Norte a Sur. Ellos lo hicieron en conciencia de lo que es el país, es un país fácil de controlar, se pueden hacer este tipo de políticas. Nosotros tenemos que hablar de otras cosas, de la no penalización, del consumidor, tenemos que hablar de la despenalización de la tenencia personal, no puede ir a la cárcel un pibe porque lo encontraron con tres porros en el bolsillo, no puede ir a la cárcel. En la cárcel, con los tiempos de la justicia, una semana es dramático, imaginate un mes, un año, esperando a ser condenado a algo. Me parece que nosotros tenemos que hacer otro camino: la no criminalización, crear conciencia. No te olvides que Uruguay hace muchos años que tiene despenalizado el consumo personal, es un país que en eso tiene otra idiosincrasia. Es un país con centros urbanos concentrados y poco interior, nosotros tenemos mucho interior, muchísimo interior. Entonces controlar esto, llevar adelante una cosa así, tenemos que tener todos los mecanismos necesarios para plantearlo.

APU: ¿Comparte la lógica de discutir el mercado de las drogas?

JCM: Mirá, tiene sus pro y sus contra, indudablemente todo lo que es ilegal hay que combatirlo. Quizá legalizarla en el país puede funcionar para que lo ilegal deje de funcionar, es más, hasta se consumiría algo de mejor calidad. Después tenemos un montón de otras cosas a tener en cuenta. A mí me preocupa que un intendente no pueda controlar la venta de alcohol a menores en su municipio. Este es un Estado que tiene que pararse fuerte en la prevención, pero también en la asistencia. Lo que pasa en estos aspectos, cuando se legaliza algo, siempre se desborda: ¿estamos preparados para un desborde hoy? Por eso te digo que tenemos una idiosincrasia y otros tiempos. Celebro que Uruguay dé estos pasos importantes. Todos los pasos que sean democráticos, que sean plurales y que sean para el bien común sos celebrables.

 

APU: En este tiempo en la SEDRONAR, también visitó cárceles.

JCM: Estuve visitando la de Ezeiza, la de Devoto, la de menores de Mendoza. Son lugares duros, coincido con Ricardo Lorenzetti en lo que respecto a que hay que realizar una gran reforma de la justicia, que tenemos que tener una justicia mucho más rápida, mucho más cercana. Y ni que hablar de que coincido con la Presidenta en que hay que hacer una reforma judicial para que sea una justicia democrática, pero es otro tema a discutir. Nuestras cárceles están llenas de procesados y no condenados, y todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario.

APU: ¿Cuál es la situación de adicción adentro de las cárceles?

JCM: Mucha, mucha, mucha… Creo que para muchos es la forma de sobrevivir. Muchos entraron como consumidores y siguen, lo que no se consume ilegal se consume legal, hay mucho de psicofármaco. Tenemos que tener otra mirada sobre el sistema carcelario y las adicciones, estamos trabajando en eso desde la SEDRONAR.

APU: Hace un mes se anunció esto de las casas terapéuticas, ¿cuál es el plan, cuáles son los plazos?

JCM: Nosotros anunciamos el Plan Recuperar Inclusión que tiene tres dimensiones: primero, el fortalecimiento de las ONG que están trabajando la temática, después la creación de los Centros de Prevención, CEPLAS, estamos trabajando mucho en eso y las Casas Educativas Terapéuticas que son estos espacios para los pibes que ya están consumiendo. Estamos en ese camino, no ha sido fácil la articulación. Quisiéramos que esté todo solucionado para ayer, pero seguimos los procesos lógicos de una burocracia que tiene que existir. No puedo salir a repartir plata para hacer las cosas, tengo que seguir un mecanismo, el contacto con los estados provinciales, con los estados municipales, con las ONG… Lleva tiempo, lleva recursos, estamos en ese proceso lo más rápido que podemos. Calculamos que a mitad de año vamos a tener los primeros veinte centros funcionando.

APU: Están estableciendo relaciones con los dirigentes de diferentes organizaciones sociales y políticas. ¿Cómo se pueden acercar a la SEDRONAR los militantes de base, de agrupaciones locales?

JCM: Lo importante es esto: cada vez que vean a SEDRONAR en la calle, que se acerquen. Muchas veces los buscamos, salimos al encuentro. La primera vez vinieron con los bombos y los platillos a hacer una manifestación en la puerta los de Juventud De Pie. Al toque los atendí: “bueno, está muy bien que ustedes protesten, ¿en qué trabajamos juntos?”. Hoy estamos trabajando juntos en varios barrios. Estamos fortaleciendo, estamos yendo con capacitación, estamos yendo al encuentro. Era una Secretaría que estaba media escondidita, hoy tiene visibilidad y alcance. La cantidad de llamados es infinito (de intendentes, legisladores, curas, todo el mundo), estamos tratando de responder, pero está bueno que vengan a buscarnos. El SEDRONAR está respondiendo.

 

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