Comienza hoy lo que en términos técnicos viene a llamarse el primer juicio político a un juez en ejercicio. Se trata del juez de Ejecución Penal 1 Axel López, que enfrentará el juicio ante el Consejo de la Magistratura, con cinco acusaciones referidas a la libertad condicional que dispuso para el condenado Juan Ernesto Cabeza, quien desde hacía cuatro años venía realizando salidas transitorias laborales sin ofrecer ningún tipo de inconveniente, y que luego de la condicional secuestró y mató a Tatiana Kolodziey, en el Chaco. Más allá del debate sobre si Axel López cumplió o no con sus funciones, y si respondió a sus requeridas capacidades chamánico-premonitorias, hoy, de fondo, se abre un complejo debate sobre qué tipo de jueces se pretende; quién o quiénes sostienen esa pretensión; si las presuntas responsabilidades deben concentrarse en la figura de un juez o si están asociados los otros poderes, encargados de sostener presupuestos, programas, servicios penitenciarios y la aprobación de leyes que hagan de marco a la acción judicial, entre otras cosas; si la ley de ejecución penal (que regula las excarcelaciones, condicionales y demás) debe existir o no. Qué significa hacer justicia. En suma, si el precio para mantener la torre de marfil se paga haciendo concesiones de ácido acetilsalicílico, o si hay que cambiar conceptos de fondo para acortar distancias con la sociedad. Para este juicio político, Axel López contará con la representación legal del ex juez de la Corte Suprema Eugenio Raúl Za-ffaroni, que algunos asociarán como autor del Anteproyecto de Reforma al Código Penal.

El 20 de octubre de 2012, Juan Cabeza secuestró y mató a Tatiana Kolodziey, con quien tomó contacto como remisero en la chaqueña Resistencia. Cabeza se encontraba en libertad condicional dispuesta por el juez de Ejecución Axel López. La acusación contra el juez se disparó casi como un estallido de santabárbara, especialmente porque el mismo juez ya había sido denunciado por un caso con altísimas similitudes. El crimen de Soledad Bargna. Curiosamente, en aquella ocasión, el mismo Consejo de la Magistratura consideró que las acusaciones no eran suficientes para iniciar un juicio político. Hoy, demostrando una libertad de criterios que le niega al acusado, el CM se desdice y considera que la letra ha cambiado. Y las presiones también.

La acusación concreta contra el juez se disparó porque Cabeza había iniciado su fase de libertad condicional (otorgada por López) y durante ese período cometió el crimen. Cabeza estaba condenado por violación (no seguida de muerte, como erróneamente figuró en una de las acusaciones), lo que incrementó la indignación de quienes reclamaban jueces de mano dura.

Por su lado, Axel López sostuvo que cumplió con los requisitos que le exige la ley. Y que contó con la aprobación final del fiscal del caso, Jorge Andrades, ya que éste se opuso en primera instancia, pero cuando el juez sostuvo su decisión de otorgar la condicional basado en los informes del Servicio Penitenciario Federal, Andrades (que no era fiscal sino secretario de fiscalía) no apeló, lo que en términos judiciales significa que aprobó la medida.

El inicio del juicio encuentra a Axel López con la representación legal del ex juez de la Corte Suprema Eugenio Raúl Zaffaroni, quien actuará por primera vez como abogado tras su renuncia a la Corte. Su presencia confirma que el debate será sobre el fondo de la cuestión.

 

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