Así lo expresó el Defensor General del Departamento Judicial de Azul Dr. Diego Lucas Fernández en una entrevista sobre la 2da. edición del Curso “Estrategia de litigación para el ejercicio de la defensa penal” que el próximo 17 de marzo dará comienzo en Tandil. Es una capacitación gratuita, dirigida a noveles abogados y la organiza la Comisión de Jóvenes Abogados del Colegio de Abogados departamental junto con la Asociación de Abogados de Tandil.

La Comisión de Jóvenes Abogados del Colegio de Abogados del Departamento Judicial de Azul volverá a realizar el Curso gratuito sobre “Estrategia de litigación para el ejercicio de la defensa penal” en la ciudad de Tandil. Dicha iniciativa de capacitación fue desarrollada con éxito y por primera vez el año pasado pero en la ciudad de Azul y está dirigida a todos los noveles abogados de la región que estén interesados en profundizar la temática propuesta.

El inicio del Curso tendrá lugar el 17 de marzo próximo a las 16 hs. en el Centro de Martilleros de Tandil, ubicado en la calle Alem Nº 1055. En la ocasión disertará el Defensor General departamental, Dr. Diego Lucas Fernández, quien dará los detalles de los contenidos del curso que está a su cargo. Las posteriores clases las dictará los días 1, 8 y 15 de abril, estando programado el cierre para el día 29 de abril con la presencia del Juez Edgardo Salatino, quien ofrecerá una conferencia final.

En una entrevista, el Defensor General departamental Diego Lucas Fernández junto a los integrantes de la Comisión de Jóvenes Abogados Paula Serrano yFederico Garaicoechea brindaron detalles de la iniciativa:

¿Cómo surgió el Curso sobre “Estrategia de litigación para el ejercicio de la defensa penal”?

Dr. Fernández: “La idea de este Curso surgió luego de charlar con los noveles abogados, donde se percibió que la gran deficiencia que todavía existe es el miedo a litigar y a la oralidad porque tenemos 500 años en nuestras espaldas de peso inquisitivo escriturario. Nos escondimos detrás de los expedientes y las palabras. Esto es una tradición que enraizó toda nuestra cultura jurídica y al mismo tiempo nuestra cultura formativa ya que las universidades no enseñaban a trabajar en términos de litigación y no se pensaba el proceso como un ejercicio estratégico de litigación. Hoy por hoy esto se está revirtiendo, ha venido cambiando. Uno ve que en los últimos 20 años cuando la oralidad se empezó a concebir como la regla común para todos los delitos, lo primero que empezaron a realizarse fueron cursos de oratoria que en definitiva no son cursos para juicios sino que son para saber comunicar mejor lo que uno quiere decir. Pero si uno no tiene una estrategia y no tiene un sentido yo puedo hablar muy lindo y no decir nada. Cuando se realizaron las reformas de los códigos que instalaron la idea central de juicio público, oral y contradictorio llegó una batería de cursos de oratoria pero que no enseñaban a litigar y saber qué estrategias seguir para poder ganar un caso. Y no hubo tampoco una cultura de la contradicción, esto de trabajar el papel del oponente, ya que el juicio es la teoría del conflicto sujeta a determinadas reglas, una gran deficiencia de nuestros modelos históricos de administración de justicia y de educación superior”.

¿Cuáles son las principales falencias que se encuentran en nuestro sistema actual?

Dr. Fernández: “Primero el de la falsa oralidad, es decir, del juicio oral como verbalización de lo escrito. Por ejemplo se habla mucho de pruebas cuando uno esta en la etapa escrita -de investigación y recolección de información- cuando en realidad no son pruebas ya que la prueba se produce en el juicio, sino que es una información que se recoge, es un medio de investigación y no una prueba. Todavía seguimos atados a la terminología propia de los códigos escriturarios. Por otro lado, tampoco tenemos cultura adversarial y esto hace que no trabajemos la estrategia desde un comienzo del caso. El fiscal tiene que tener su teoría del caso y el defensor tiene que tener su teoría del caso. Y la otra cuestión muy importante es que el juez debe estar ajeno a todo en esta etapa. Todavía nos cuesta esto de que la magistratura debe estar totalmente separada de la actividad de las partes, no debe intervenir ni suplir, debe estar ajeno al conflicto. Y además cuesta concebir una concepción diversa de lo que es la verdad en el proceso, lo cual es muy difícil de entender cuando en los procesos escriturarios se hablaba de la ‘búsqueda de la verdad’ como si la verdad fuese una especie de valor supremo cuando en realidad en los procesos adversariales es simplemente la verdad de mi acusación, es decir si yo puedo probarla o no y no lo que pasó porque nadie estuvo en el lugar del hecho. Es la verdad de lo que se prueba y en definitiva el juicio es sobre la conformación de lo que es una verdad procesal. En el proceso el juez no debe probar sino verificar, dará valor de verdad a una versión de lo que pasó -puede ser la de la defensa como la del fiscal- que es en definitiva lo que es la sentencia”.

Como noveles abogados y luego de haber realizado este Curso el año pasado ¿cómo evalúan los resultados obtenidos?

Dra. Serrano: “Fue muy valioso para la práctica profesional. El Dr. Fernández nos brindó las herramientas para poder plantear una teoría del caso, para plantear una teoría hipotética en el caso de que la teoría que nos planteamos para el debate durante el transcurso del debate se caiga, cómo interrogar, cómo contrainterrogar, fue muy interesante trabajar con casos prácticos y ver cómo ir armando nuestra teoría del caso”.

¿En qué consiste la metodología de estudio y trabajo de este Curso?

Dr. Fernández: “Hay un formato práctico de cómo construir una teoría del caso, cómo pensar el juicio como un ejercicio estratégico y después aplicarlo. Es ver sobre la práctica qué cosas no vemos, no relevamos, no advertimos y sobretodo incorporar que la teoría del caso debe ser construida desde el primer momento teniendo en cuenta que esta planificación estratégica es dinámica y la misma se puede transformar y cambiar, y debo ser ágil y dúctil para que mi planificación se adapte a los cambios y llegar al juicio para poner en práctica esa teoría del caso que yo construí con la menor posibilidad de sorpresas posibles. La idea de esto es reducir los niveles de incertidumbre frente a lo que pueda suceder, uno debe estar preparado para todas las eventuales respuestas posibles“.

¿Cuál es el balance que pudieron hacer de este Curso el año pasado cuando fue realizado por primera vez en Azul?

Dr. Garaicoechea: “Al término del Curso el año pasado durante la última clase pedimos que se responda una breve encuesta que nos sirvió para conocer la opinión de los asistentes y tener un balance de lo conseguido. En general fue altamente satisfactorio, todos quedaron muy conformes con el Curso en relación a cómo se desarrolló, al contenido, metodología y demás. Y fue por ese motivo que desde el Colegio quisimos llevarlo a Tandil para que los jóvenes abogados de allá también tengan la posibilidad de participar sin ningún tipo de impedimento como el tiempo y la distancia ya que vimos que en el que se hizo acá en Azul participó mucha gente de Olavarría. En esa oportunidad tuvimos casi 70 inscriptos y ahora esperamos una cifra similar”. Informes e inscripción: Asociación de Abogados de Tandil, H. Yrigoyen 644 1° piso – Tel. 02293-442336 E-mail: jornadas@asociaciondeabogadostandil.org.ar Textos y Foto: (Gabriela Vergara/Prensa CAA)

 

 

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