Diferentes músicos locales, con una larga trayectoria en el ambiente del Rock se juntaron desde la semana pasada para ensayar lo que sería una presentación en el CPU (Comunidad Pastoral Universitario) de la Unidad Penal Nº XV de la ciudad de Batán. «Nació espontáneo, fue una cosa que se fue dando en poco tiempo” señaló Gustavo Sunino, uno de los artistas.

La mayoría de los músicos que se juntaron en esta nueva agrupación local que aún no tiene un nombre característico ya pertenecían a otras agrupaciones locales pero jamás habían tenido la oportunidad de juntarse y tocar con un mismo fin. «Con Marcelo vivíamos a dos casas de distancia pero nunca tocamos en público» explicó Sunino hablando de Marcelo Pagano, otro de los guitarristas.

La idea comenzó cuando Alejandro «Mamut» Rodríguez, otro de los artistas necochenses, comenzó a enviar, hace algún tiempo, canciónes de su autoría a la cárcel para que los miembros del CPU las conocieran y así fue que comenzó el pedido de un show por parte de los internos y la convocatoria para juntar a más músicos que quieran participar del proyecto.

De esa manera, Rodríguez se comunicó con Sunino y Pagano y éstos incorporaron inmediatamente al proyecto y además sumaron a más integrantes.

 

Los artistas

Marcelo Pagano, es un guitarrista y baterista que ha sido miembro de bandas locales desde 1971 pasando por agrupaciones como Espectro, Los Hermanos Kelly, Masada, Apan y The Magic One como así también ha tenido la posibilidad de realizar algunas colaboraciones con Sergio Álvarez.

Respecto a la experiencia, Pagano señaló que conoce a varios artistas locales «que han tenido prejuicios de ir a tocar a una cárcel y otros que querían cobrar” y que muchos otros les han dicho, a modo de crítica, que «van a tocar para los chorros” pero que él lo ve como una experiencia totalmente enriquecedora.

Gustavo Sunino, por su parte, es miembro de la banda El Remolcador desde hace veinte años y han tenido la posibilidad de viajar llevando su música por distintas partes de la provincia. Es un gran fanático de su trabajo y por eso explicó que «yo si me subo al coche y no escucho música soy un infeliz, porque la música es lo que me hace feliz y por eso vivo de esto. Siempre armé bandas en las temporadas para trabajar»

En cuanto al hecho de tocar en la cárcel manifestó que «yo voy a tocar para los tipos estos que han cometido un error como cualquiera porque hoy nadie está exento de calentarse con alguien y pegarle un palo en la cabeza y después fuiste a la cárcel por una calentura del momento y no por eso sos mal tipo».

Por otra parte, Sunino también es el que está a cargo de la escuela El Submarino Amarillo donde varios jóvenes necochenses aprenden a manejar los distintos instrumentos y con quiénes ha formado una banda llamada Los Sonámbulos. «Son gente responsable y por ser tan chicos ya tienen un compromiso muy grande con la música» explicó.

Alejandro «Mamut” Rodríguez es un cantante y compositor local y ha sido el que inició el proyecto enviando discos a Batán con la intención de difundir su música.

Julián Schaab, por su parte es un joven baterista de 13 años es un alumno de la Escuela El Submarino Amarillo al igual que Juan Bautista Peña Grau, de 14 años, quién toca el bajo y desde hace cuatro años forma parte de esta escuela. «Me gusta mucho el proyecto este porque es ayudar a personas que están intentando rehabilitarse e insertarse en la sociedad y, a pesar de que han hecho algo en su vida, ellos están queriendo salir y están estudiando” señaló Juan Bautista.

Cabe mencionar que ambos jóvenes ya vienen tocando en varios espectáculos de la temporada pero, la experiencia de tocar en la cárcel, les genera un aprendizaje y una experiencia mayor.

 

La experiencia

Los músicos necochenses, el viernes 13 del corriente mes, ingresaron dentro de la cárcel y se dirigieron al CPU donde estuvieron dialogando con los estudiantes durante un largo tiempo y más tarde se dirigieron a un patio que da a cielo abierto donde pudieron brindar su show. «La experiencia fue espectacular, lo que uno había pensado se dio» indicó Sunino y agregó que «había una predisposición muy buena por parte de todos los muchachos, se divirtieron mucho y quedó un lazo muy grande».

El espectáculo de rock duró alrededor de dos horas y lo pudieron ver cerca de 50 personas que eran miembros del CPU, algunos acompañantes y otros internos que escuchaban desde los pasillos, según indicó Sunino. «Los chicos (Julián y Juan Bautista) estaban muy contentos, y salieron con ganas de volver. Fue un día con muchas emociones» recordó.

 

La idea de seguir

Si bien no es algo que esté confirmado y que por el momento solamente es una idea, los miembros de la banda están buscando la manera de poder llegar a viajar todos los meses al CPU, no solo con la intención de entretener con un show sino también con el objetivo de poder enseñar a manejar los instrumentos.

Los músicos están ideando una forma de poder dictar talleres mensuales o quincenales de los distintos instrumentos para que los estudiantes del CPU puedan formar su propia banda si lo desean. «Los músicos de rock estamos dispuestos a colaborar, me parece que esto es una causa digna y uno lo hace pensando en dar pero terminas recibiendo de todas estas cosas» indicó Sunino.

Por su parte, Marcelo Pagano señaló que «las dos energías más grandes que existen en el mundo son el amor y a música porque son universales y si nosotros podemos llevar ambas cosas es maravillosos porque todo lo bueno que uno da vuelve. Sería bueno que el año que viene a esta altura puedan tocar ellos».

El CPU

 

El CPU, (Comunidad Pastoral Universitaria), es una ámbito de estudio fundado por estudiantes universitarios en contexto de encierro que crece día a día, fomentando la educación, informando sobre la importancia de la formación profesional y su impacto en la vida del ser social.

En este lugar que está cumpliendo su tercer aniversario desde su fundación, los estudiantes cuentan con un espacio propio que construyeron y mantienen con nuestros recursos donde se ofrecen diferentes capacitaciones a los compañeros internos que quieran salir adelante mediante el estudio.

En el CPU se brindan clases de computación (Introducción a la Informática, Microsoft Word, Excel, Access y PowerPoint), clases de apoyo en materias troncales del secundario como matemática, lengua e historia, entre otros talleres.

El objetivo final del grupo formado es formar universitarios, y para eso, también incorporaron a la comunidad estudiantes secundarios, con la idea de formar nuevos profesionales que en un futuro podrán formar a otros y así se constituir un círculo de formación educativa intramuros.