“Hay mucho por hacer, me dijo varias veces en esa reunión a solas”, contó el jurista Roberto Carlés de su encuentro personal con el Papa, en un reportaje que L’Osservatore Romano –el periódico oficial del Vaticano– publica en su edición de hoy. El candidato del Poder Ejecutivo para la Corte Suprema de Justicia cerró con esa entrevista una visita a Roma en la que estuvo con Jorge Bergoglio a solas en su residencia y también con otros juristas que integran la Red Mundial de Académicos por la Abolición de la Pena de Muerte.

Carlés relató al periódico detalles de sus encuentros con Francisco. “El rol de nuestra generación es el de buscar el camino correcto para tener un mundo más justo e igualitario”, explicó el joven jurista en la entrevista que aparece en la página 4 de L’Osservatore Romano.

El penalista que el Ejecutivo propuso para reemplazar a Raúl Zaffaroni en la Corte Suprema de Justicia integra, entre otras entidades de derecho, la Red Mundial de Académicos por la Abolición de la Pena de Muerte. Francisco recibió al presidente de esa entidad, el español Federico Mayor, junto a varios de sus miembros –entre ellos Carlés–, a quienes les entregó una carta en la que brega por la abolición de la pena capital.

L’Osservatore Romano destaca que Carlés fue designado como enlace entre esa organización y el Vaticano y lo presenta como “un joven jurista argentino, de 33 años, integrante de una generación de treinta-cuarentañeros empujados por la crisis y la historia a aceptar los desafíos y a asumir la responsabilidad de su tiempo”. “Justamente esto me ha pedido el Santo Padre cuando me invitó a compartir más de una hora de su precioso tiempo en Santa Marta”, respondió Carlés ante la pregunta del periódico acerca de si “es el momento de involucrarse”. Al respecto, agregó: “Este el rol de nuestra generación, el de buscar el camino correcto para tener un mundo más justo e igualitario. Los derechos están en la base de la convivencia entre los pueblos y la pena de muerte es su negación”.

Carlés afirmó que “la pena capital es incompatible con el respeto de los derechos humanos, desvaloriza la dignidad humana y el derecho de no ser sujeto a tortura y otros tratamientos crueles, inhumanos o degradantes”. También apuntó que el carácter “irreversible” de la pena de muerte “no permite revisión de las sentencias, llegando, en algunos casos, a la ejecución de personas inocentes”. En otro pasaje de la entrevista subrayó que “Francisco lanzó un mensaje muy fuerte y valiente que, espero, pueda ayudar para acelerar el debate público acerca de la abolición de la pena perpetua”. “La idea de que la pena nunca tiene fin está en abierta contradicción con la idea cristiana de perdón y de redención, siempre posibles, además de ser un principio básico de la civilización jurídica occidental que se refiere al carácter reeducativo, y no simplemente punitivo, de la pena”, expresó.

 

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