Los constituyentes de 1962 creen innecesario reformar la Constitución de Santa Fe que ellos sancionaron hace 50 años. Un homenaje a aquella gesta histórica los convocó esta semana en la Legislatura, donde se exaltó la trascendencia de la obra y el coraje de haberla concluido en medio del golpe de estado que encarceló al presidente Arturo Frondizi. La Constitución se juró 14 de abril de 1962 y diez días después, la dictadura intervino la provincia y destituyó al gobernador Carlos Sylvestre Begnis. «Fue una tarea inconmensurable», la definió el presidente de la Cámara de Diputados, Luis Rubeo, quien impulsó el reconocimiento a «estos ciudadanos ilustres»: Roberto Rosúa, Danilo Kilibarda, Héctor García Solá, Rafael Martínez Raymonda, Héctor Sandler, Héctor Scotta, Pedro Fernández y Clyde de Altieri, entre otros. Todos reivindicaron el legado de 1962, pero no esquivaron la polémica sobre el futuro: ¿Hay que reformar la Constitución de la provincia?, les preguntó Rosario/12. «No es urgente, hay cosas más importantes», contestó Rosúa.

«Sería una suprema petulancia pensar que una obra en la que uno participó tiene que ser intangible y eterna, pero ¿para qué se la quiere reformar?», retrucó García Solá. «Una cosa es necesaria cuando impide hacer algo. ¿Qué impide hacer esta Constitución que se quiere hacer y no se puede?», volvió a preguntar Kilibarda. «Yo no me opondría, pero si van a poner la reelección del gobernador, le digo que no», advirtió Martínez Raymonda. El único que se declaró reformista fue Sandler, pero puso una condición: «Creo que este no es el momento, primero, el pueblo santafesino se tiene que amigar y generar un consenso muy amplio».

Ya en el homenaje se deslizó que el tiempo más que envejecer la Constitución la fortaleció. «Es una Carta Magna ejemplar que hoy se encuentra más vigente que nunca», dijo Rubeo. Y Kilibarda, que habló por los convencionales, coincidió: «Somos una generación de enamorados de esta Constitución y por eso sostenemos que no es necesaria la reforma».

Después, ya ante la encuesta de Rosario/12, Kilibarda se preguntó: «¿Cuándo una cosa es necesaria? Cuando impide hacer algo. Entonces, ¿qué impide hacer esta Constitución, que se quiere hacer y no se puede? A mi me vinieron con la cantinela de las autonomías municipales –recordó-﷓. Lean el artículo 106. ¿Qué dice? Qué todo núcleo de población que tiene vida propia se gobierna por si mismo. ¿Qué limitaciones impone el 107? Que los municipios deben tener dos órganos: uno ejecutivo que se llama intendente y otro deliberativo que se llama Concejo Deliberante, ambos elegidos por el pueblo. ¿Por qué se puso eso? Porque hasta ese entonces, al intendente lo designaba el gobernador. ¿Hay algún municipio que quiera tener una organización distinta? Por ejemplo, designar un regente que dure 10 años. No. Los límites que impone la Constitución son esos. ¿Atribuciones? Todas las que quieran. Pero tendrán que ponerse de acuerdo con la provincia sobre el poder financiero y económico porque la doble imposición es inconstitucional. Si mañana, la Legislatura saca una ley que diga: ‘Todos los municipios son autónomos’, ¿sería inconstitucional? No. Entonces, la reforma no es necesaria», concluyó Kilibarda.

En la misma línea, García Solá dijo que «la autonomía municipal está garantizada por la Constitución nacional y también la establece el artículo 106 y 107 de la Constitución de Santa Fe. Acá lo que hace falta es que los legisladores sancionen una ley reglamentaria, como les de la gana, con el grado de autonomía amplio, restringido, mesurado, que quieran, pero que no pongan por excusa que la Constitución se lo traba porque no se lo traba nada».

«La Constitución de 1962 no es intangible y eterna, se habla mucho de la reforma, pero no hay ningún programa constitucional concreto en torno a qué instituciones tienen que modificarse para hacer más eficaz el ejercicio del poder. El argumento de que hay adecuarla a la Constitución de 1994 es ridículo porque supone que la Constitución Nacional no rige en Santa Fe. Rige, primero: la Constitución Nacional; segundo: los tratados internacionales; y tercero: la Constitución de Santa Fe, en un todo armónico. Así que en materia de derechos y garantías estamos al día. Si algo se modifica tendrá que ser para dotar de mayor eficacia el ejercicio del poder y respecto de eso yo no veo ningún programa constitucional coherente», explicó.

La respuesta de Rosúa fue tan directa como la de sus colegas. «Más que reformarla, vamos a cumplirla. Yo creo que una reforma no es imprescindible frente a serios problemas que tiene la provincia. Hacer el esfuerzo y el desgaste para reformar una Constitución que posibilita todo lo que sea necesario hacer y que no impide ninguna acción de gobierno, me parece un desperdicio. No vale la pena. Sería como poner la quinta rueda del carro», ironizó.

Martínez Raymonda dijo que no se opondría a una reforma «porque puede haber cosas para mejorar, pero si lo hacen para incorporar la reelección del gobernador, le digo que no». «No quiero que se intente tocar lo más sagrado que queda, que esta Constitución no tiene reelección. Este es el valor más preciado, que sólo queda en Santa Fe y en Mendoza. Y si no, fíjese lo qué pasa en otras provincias donde los gobernadores son reelegidos dos, tres o cuatro veces. En el contexto general, no hay nada que agregarle, puede haber algún instituto, pero el peligro que es que podemos caer en la reelección», advirtió.

Otros dos convencionales, Scotta y Sandler, repitieron el mismo interrogante. «Se podría reformarla, pero ¿para qué? No es cuestión de decir, reformo la Constitución por que sí. Una reforma no se improvisa, va madurando en el tiempo como ocurrió en 1962», dijo Scotta. Sandler fue el único que aceptaría cambios. «Yo creo que hay que reformar unas cuantas cosas, pero con una condición: que antes el pueblo santafesino se reconcilie. En 1962, todos los partidos políticos aunaron sus esfuerzos, pero hoy el justicialismo, que es mayoría, está muy dividido y los socialistas hoy están y mañana no. Entonces, creo que hay que hacer una reforma, pero cuando haya un consenso amplio y generoso», sugirió Sandler.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/10-33364-2012-04-15.html