Cosecha Roja.-

Somos pibes de barrios bajos, queremos que nos devuelvan la esperanza.

El Tercer Encuentro por una Seguridad Democrática y Popular arrancó con un rap. Cuatro de los integrantes del grupo cordobés Rimando Entreversos se plantaron frente al panel de apertura y con las banderas que recordaban los rostros de las víctimas de violencia institucional, cantaron contra el gatillo fácil y las detenciones arbitrarias. El Salón de los Pasos Perdidos del Congreso estaba repleto de familiares, amigos, militantes y funcionarios. “No quiero tener que pintar ni un mural más con el rostro de un pibe”, dijo Victoria Montenegro, Subsecretaria del Consejo Nacional de Mujeres. Y estallaron los aplausos.

“Mi cara, mi ropa, mi barrio no son delito” fue el eslogan de la jornada. Por eso todos empezaron con la visera puesta. El diputado nacional del Movimiento Evita Leonardo Grosso dijo: “Estamos hablando de la estigmatización”. El legislador porteño de Seamos Libres Pablo Ferreyra remarcó que los jóvenes deben ser los protagonistas: “Antes la versión policial era lo único que valía para los medios y la Justicia”.

La campaña de difusión se hizo con las imágenes de madres, abuelas, jueces y con la visera puesta. El diputado nacional FPV Horacio Pietragalla hizo hincapié en que los pibes de los barrios también son ciudadanos. “Esto no es una discusión filosófica: es una discusión cotidiana. Escuchemos a las víctimas, escuchemos a los barrios”, dijo el Secretario de DDHH Martín Fresneda. La Ministra de Seguridad de la Nación, Cecilia Rodríguez, prometió relevar todo lo que se debatiera en las mesas para seguir construyendo una seguridad “más democrática y popular”.

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Afuera, en la plaza, Carolina mostraba a quien quisiera verlo una bolsa llena de vainas de bala. “Esto nos respondió la policía cuando quisimos manifestarnos por el asesinato de mi hermano”, contó a Cosecha Roja. Ella es la hermana de Leonardo Rodríguez, el mendocino al que detuvieron el 16 de enero. La madrugada siguiente apareció ahorcado en la comisaría. Iván, sobrino de Leonardo, sacó el celular y abrió la galería: “¿Ves? Esta es la cara de mi tío muerto. Estos son los golpes que le dio la policía”, contó. Él, su mamá y su abuela viajaron desde Godoy Cruz esta mañana y se volvieron esta misma noche. “Vinimos porque para nosotros es importante estar. Acá conocemos otros familiares, nos pasamos teléfonos. También trajimos las fotos de Tania y Lucas, otros dos jóvenes a los que mató la policía de la provincia”, dijo y sacó las imágenes pegadas sobre una cartulina que trajo en un bolso.
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Reina cebaba mate dulce. Uno atrás del otro: convidaba, cambiaba la yerba, conseguía agua, volvía a cebar. La acompañaban las hijas, el marido, los nietos y los amigos de Jonhy. Todavía no puede hablar sin llorar: recién pasaron nueve meses del asesinato de su hijo en Villa 20. El 7 de agosto la policía disparó a cuatro jóvenes que iban en un auto. Dos murieron, uno quedó con una bala cerca del pulmón y otro estuvo preso. El parte de la policía decía que habían robado un auto y que dispararon. Los vecinos aseguraron que fue una ejecución. “No entiendo por qué no puede venir él conmigo. No entiendo por qué lo tengo que traer en fotos”, dijo a Cosecha Roja.

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“Acá uno se encuentra con el debate político necesario de cara al futuro”, dijo a Cosecha Roja Gonzalo Bugatto. Es el hermano de Lautaro, un pibe de 20 años que jugaba de lateral izquierdo en las inferiores de Banfield. El 6 de mayo de 2012 planeaba salir a bailar con amigos. Terminó de comer pizza con la familia en su casa de Almirante Brown y salió. El policía David Benítez, que dijo que intentaba frenar un robo, gatilló en la calle sin identificarse ni dar la voz de “alto”. El oficial disparó siete veces: dos desde el auto y cinco una vez que ya se había bajado. Lautaro murió y las únicas balas que se encontraron en la escena del crimen fueron las del policía. En septiembre lo condenaron a 14 años de prisión. Gonzalo miró a las familias a su alrededor y tomó aire: “Acá uno se junta con un batallón que le da fuerza”.

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Montenegro recordó el primer Encuentro por una Seguridad Democrática y Popular en 2013. Y contó: “Sentíamos una impotencia terrible. Me hacía acordar a las primeras rondas de las Madres de Plaza de Mayo. Los familiares gritaban los nombres de sus hijos. Dos años después uno sigue viendo mucho dolor pero hay otro espíritu de lucha. El dolor, compartido, pesa un poquito menos”

Gramaglia. Athaualpa. Martín Aranda. Franco Santana. Dieguito. Raúl Girula. Antoliano Figueredo. Andrea Viera. David Gomez. Darío Gabriel. Jonathan. Brian. Judith Alice Gimenez. Leonardo Rodríguez. Luciano Arruga. DaríoIsmael SosaEl Rubio del PasajeSebastiánPituMilton Ponce. Miguel Bru. Kiki Lezcano y Ezequiel Blanco. Luciano Arruga. Patricio Barros Cisneros. Brian. Jonathan y Papu.

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Montenegro tenía puesta una remera que dice “Ni una piba menos”. “Es la primera vez que logramos incluir la perspectiva de género”, dijo. Aunque se trata de problemáticas distintas -violencia obstétrica, abortos mal hechos, violencia de género, femicidios-, ocurre lo mismo en el tratamiento de la información: “Los medios tratan de instaurar la violencia y el miedo: presentan a las chicas de los barrios como responsables de su destino final”.

En la mesa de debate sobre los medios de comunicación se presentó la “Guía para el tratamiento mediático responsable de la Violencia Institucional”. El representante del AFSCA Eduardo Rinesi dijo: “Ninguno de los brazos de las fuerzas del Estado pueden incurrir en violaciones de DDHH. Debemos estar alerta”. La periodista María Eugenia Ludueña celebró que que los colegas reflexionen sobre sus propias prácticas. El periodista cordobés Dante Leguizamón subrayó la tensión entre el periodismo “que piden las empresas” y el que “la sociedad necesita”.

diacontralaviolenciainstitucionalcongreso5La defensora del público Cynthia Ottaviano dijo: “Dos de cada tres noticias son policiales. Vivimos una realidad policializada que construye un otro a ser estigmatizado”. Raquel Wittis (mamá de Mariano), contó que la primera noticia que leyó sobre la muerte de su hijo decía que habían muerto “dos delincuentes” en “un enfrentamiento”. Por eso el primer punto del decálogo sugiere “indagar sobre las primeras versiones del hecho para saber si es un caso de uso legítimo de la fuerza o de violencia institucional”.
También hubo mesas sobre el acceso a la tierra, la vivienda y la justicia, sobre la violencia policial y el código de faltas y sobre la violencia penitenciaria. Estuvieron presentes el precandidato a presidente Jorge Taiana (FpV), la ex ministra de Seguridad de la Nación Nilda Garré,  la Defensora General de la Nación Stella Maris Martínez, el Titular de la Procuraduría de Violencia Institucional Abel Córdoba, entre otros.

Mientras esperaban que empiece a sonar la Delio Valdez para dar cierre a la jornada en el escenario principal, sonó el Cuplé de la Violencia Agarrate Catalina.